LA FIESTA DEL Q'OYLLUR RITI
LA FIESTA DEL Q'OYLLUR RITI
La tradición se inicia en 1780 cuando al pastorcillo Mariano Mayta se le aparece otro niño, de tez blanca y brillante, con quien entabla amistad.
El nuevo amigo, de nombre Manuel, le ayuda en su labor pastoril, juega con él y le brinda alimento.
Al ver que Manuel usa ropa muy vieja, Mariano decide comprarle algo nuevo pero similar, para lo cual coge un pedazo de la túnica de su amigo y la lleva al pueblo.
Las autoridades, intrigadas por el hecho, van al lugar donde estaba el niño Manuel y al tocarlo lo presionan contra un árbol de tayanca en forma de cruz... de pronto su imagen quedó plasmada en aquel árbol como si hubiera sido crucificado.
Mariano, el pastorcillo, muere repentinamente al ver lo ocurrido y es enterrado junto a ese árbol.
Desde entonces los fieles se reunen en junio de cada año en Sinakhara, donde lavan sus manos con las cristalinas aguas que descienden del nevado, hecho que simboliza la purificación de sus almas y el acceso a una dimensión donde confluyen lo divino, lo natural y lo humano.
El peregrinaje al santuario está lleno de color y tradición... los músicos y bailarines portan estandartes, cruces y símbolos patrios; sus vistosos atuendos son una alegoría a las riquezas naturales.
Algunas prendas son hechas con fibras de cactus o adornadas con plumas de aves; otros vestidos representan la vegetación de los Andes y las especies de fauna andina como cóndores y osos.
En ese lugar pernoctan y posteriormente inician el camino de regreso llevando grandes y brillantes bloques de hielo sobre sus espaldas, los cuales simbolizan la "estrella de las nieves", la misma que posteriormente será ofrendada al santuario.
Las misas y cantos en el templo se realizan en idioma quechua y luego los devotos retornan a sus comunidades guiados por el destello de la luz eterna del Qoyllur Riti, fiesta donde prima el culto al wamaní o espíritu de los apus o montañas.
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